Fotografías antes y después de una cirugía de aumento de pecho con prótesis anatómicas de 370 cc. El tórax de la paciente es bastante ancho, por lo que elegimos un implante a su medida. La incisión por donde introducimos la prótesis, de 3 o 4 centímetros, se realiza en el surco submamario; debe quedar en el nuevo surco submamario; es decir, en el surco donde termina el nuevo pecho. En la visión lateral e incluso en la oblicua vemos en el lado derecho un lunar, y observamos que la incisión del nuevo surco submamario llega a la altura de ese lunar que tiene en la región lateral. Con lo que comprobamos así que el nuevo surco submamario lo hemos descendido casi 3 centímetros respecto al que tenía antes de la operación. Esto se consigue colocando el implante anatómico justo a la altura del pezón, quedando la mitad del mismo por encima del pezón y la otra mitad por debajo. Por tanto hay que modificar esos surcos, que es como el perímetro donde va el implante. Es muy importante, cuando la paciente tiene tan poco pecho en el preoperatorio, elegir muy bien el ancho del implante para que el escote quede en el tamaño deseado; es decir, la separación del escote tiene que ser de unos 2 centímetros, milímetros arriba milímetros abajo, y debe tener volumen; no deben quedar muy separadas. En estos casos en los que la paciente es muy delgada y presenta tan poco volumen y tejido mamario antes de la operación, debemos elegir un implante adecuado para que no se note en los polos inferiores; ni para que aparezcan ondulaciones, arrugas o pliegues en la superficie de la piel de la parte externa lateral de la mama o del escote (efecto rippling) tras la operación. La clave en los aumentos con implantes anatómicos es el polo superior, que es progresivo en un plano inclinado y sin demasiado volumen, aportando naturalidad, proporcionalidad y armonía en el resultado.