Ozonoterapia
¿Qué es la Ozonoterapia?
La ozonoterapia consiste en la administración de OZONO (O3) a diferentes concentraciones, según la enfermedad a tratar, con el fin de sanar o mejorar el tejido lesionado.
Se trata de un gas con potente acción regeneradora, antiinflamatoria, antimicrobiana, y analgésica. Actúa en el metabolismo de las proteínas como inmunomodulador y restaurador, contribuyendo a la producción de citoquinas, que disminuyen la inflamación y el dolor.
Una de sus propiedades más importantes es que, una vez administrado, se convierte en oxígeno. El proceso de administración dura alrededor de 40 minutos, aunque sus efectos beneficiosos perduran más allá de este tiempo.
¿Por qué se realiza la ozonoterapia?
Dentro del aparato locomotor existen una serie de patologías para las que es efectivo por sus propiedades intrínsecas: hernia discal y todo tipo de dolores de espalda, tendinitis, artrosis, condromalacia, fibromialgia y dolores osteoarticulares.
Además, se han comprobado los efectos beneficiosos del ozono sobre los glóbulos rojos, entre los que destacan:
- Un aumento de su elasticidad, que permitirá una mayor penetración a través de los capilares sanguíneos (microcirculación). Todo ello permite mejorar el intercambio de sustancias entre la sangre circulante y los tejidos corporales.
- Mejora la cesión de oxígeno a tejidos afectados. Esto es posible por el aumento en la producción de 2, 3-difosfoglicerato (2,3 DFG), el cual actúa como un intermediario de la Glucólisis.
- Un aumento en la formación de peroxidasa, con un papel destacado en el metabolismo celular a través de los sistemas redox, como NADH/NAD, debido a que el ozono se une a las cadenas dobles de los ácidos grasos insaturados de la porción fosfolipídica de la membrana celular del eritrocito.
Estos hechos explicarían los éxitos obtenidos mediante la ozonoterapia en tejidos tan diferentes como huesos y articulaciones (hernia, artrosis), arterias-venas (úlceras), piel (herpes, infecciones).
Un gran número de enfermedades están asociadas con el concepto de «estrés oxidativo», incluyendo numerosos procesos fisiológicos y fisiopatológicos tan diversos como son: la inflamación, el envejecimiento, las infecciones microbianas (bacteriales y virales), la carcinogénesis, la acción de drogas, la toxicidad de los medicamentos y los mecanismos de defensa contra los protozoos.
El ozono actúa como un excelente agente antimicrobiano debido a su elevado poder oxidante, especialmente a nivel sistémico, pues es capaz de inhibir y destruir microorganismos patógenos como bacterias anaerobias, virus, algas, hongos y protozoos.
Se ha comprobado que su acción viricida se establece a nivel del ciclo reproductivo del virus, motivo por el que en la actualidad está siendo investigada su utilización como tratamiento alternativo del SIDA.
Estas propiedades bactericidas, fungicidas y viricidas también han permitido la utilización del ozono en la potabilización de aguas, sin que se produzcan residuos tóxicos para la salud humana.
Los efectos terapeúticos de la ozonoterapia son:
- Modulación del sistema inmunitario.
- Modulación del estrés oxidativo y la inflamación.
- Mejora de la oxigenación de los tejidos.
- Acción directa de tipo desinfectante y trófico (útil en heridas).
- Estimula el riego sanguíneo, mejorando el suministro de oxígeno a todo el organismo.
¿En qué consiste la ozonoterapia?
En la célula normal existe un delicado equilibrio entre los oxidantes y los antioxidantes, de manera que el resultado de un desequilibrio entre la formación de sustancias oxigenadas reactivas pro-oxidantes y su eliminación por parte de los mecanismos celulares antioxidantes (enzimáticos y no enzimáticos), en favor de los primeros, es lo que dará lugar al concepto de «estrés oxidativo».
La ozonoterapia es una terapia oxidativa que favorece la formación de sustancias pro- oxidantes (H2O2 y O2) y, a la vez, modula el «estrés oxidativo» mediante la activación de los mecanismos antioxidantes endógenos como el superóxido dismutasa y el glutation. Al final de la cascada lo que produce es un aumento de la capacidad reductora, tan beneficiosa como se ha demostrado.
Formas de administración de la ozonoterapia
- Infiltraciones musculares paravertebrales e intraarticulares en tratamiento de patología dolorosa de columna y articulaciones. No necesita anestesia ni sedación, es muy bien tolerada.
- Infiltraciones intradiscales: discólisis para el tratamiento de hernias discales. Procedimiento que se realiza en quirófano bajo guía fluoroscópica.
- Infiltraciones de puntos motores (trigger points) y puntos de acupuntura.
- Autohemoterapia mayor: extracción de sangre venosa del paciente por circuito cerrado aséptico; ésta se ozonifica y se retransfunde por la misma vía al paciente.
- Autohemoterapia menor: extracción de sangre venosa del paciente, se ozonifica y se inyecta vía intramuscular (como una autovacuna).
Cuidados tras la ozonoterapia
El tratamiento con ozono tiene la enorme ventaja de la falta de efectos secundarios, por lo que no es necesario ningún cuidado específico tras su aplicación.
No deja residuos químicos, de ahí su gran inocuidad, y prácticamente ausencia de efectos adversos y contraindicaciones.
A dosis médicas y a concentraciones menores de 40ngr/ml, el ozono estimula el metabolismo celular sin alterar su estructura. Es decir que no afecta al funcionamiento normal de las células y los tejidos.
No tiene efectos colaterales dañinos, pudiendo producir en ciertos casos ligera cefalea, migraña o mareo temporal. Estos efectos revierten escaso tiempo después, sin necesidad de tratamiento alguno.
No cierra puertas a posteriores tratamientos en casos de no respuesta a la ozonoterapia.
Información elaborada por los Dres. Isabel Gómez y David Navas, especialistas en Medicina Integrativa.