Si estás buscando una nueva rutina de alimentación es muy probable que hayas oído hablar de las dietas keto y paleo. Ambas tratan de reducir los carbohidratos mientras los alimentos ricos en proteínas prevalecen, pero es importante reconocer sus principales diferencias y similitudes para saber cuál es tu mejor opción.
Leyre López-Iranzu, nutricionista en FEMM, nos explica los detalles más relevantes que debemos saber acerca de estos dos planes alimenticios.
¿Qué diferencias existen entre la dieta keto y la paleo?
A día de hoy existe una enorme cantidad de planes alimenticios que se adaptan a todo tipo de necesidades y preferencias. Dos de ellos, las dietas keto y paleo, parecen similares pero mantienen diferencias muy destacadas: la primera elimina cantidades exactas de alimentos, mientras que la segunda busca evitar grupos de comestibles en su totalidad. Pero, ¿cuáles son sus principales objetivos?
La dieta keto busca conseguir que el organismo entre en estado de cetosis. “Durante este proceso, el cuerpo quema grasas para obtener energía, en vez de quemar los hidratos de carbono que posee el cuerpo” nos explica López-Iranzu. También añade que “para alcanzar este estado es fundamental ingerir grandes cantidades de grasas saludables. Estos comestibles conforman en este plan la mayor parte de la alimentación. El resto son, mayormente, proteínas”.
Los alimentos fundamentales en este plan alimenticio son las carnes, las aves de corral, los huevos y el pescado. También permite incluir proteínas de origen vegetal como el tofu y el seitán, añadidos muy interesantes a nivel nutricional para las personas vegetarianas. Otros añadidos son las verduras de hoja verde, los frutos secos y alimentos ricos en grasas saludables como el aguacate, el aceite de oliva y la mantequilla.
En cambio, la paleo es “un plan de alimentación centrado en comestibles que se encontraban al alcance de los primeros humanos, dedicados a la caza y la recolección” aclara nuestra nutricionista. Es decir, se basa en enfatizar el consumo de carne, pescado, frutas y verduras. Esta rutina también incluye semillas, nueces y huevos.
Esta dieta elimina los alimentos procesados, pero también deberás moderar ciertos comestibles como los cereales, los lácteos, las patatas y las legumbres. Tampoco incluye una gran cantidad de sal ni aceites vegetales refinados.
Como podemos ver, además de diferenciarse en los alimentos que evitan, también tienen objetivos muy distintos. La dieta keto sostiene sus calorías sobre las grasas. En cambio, en la paleo, las calorías provienen de fuentes ricas en proteínas.
Cómo elegir el mejor plan alimenticio
Antes de decidirnos por cambiar nuestra alimentación es fundamental tener en cuenta que “cada persona es diferente y tiene necesidades, preferencias y hábitos variados, por lo que el plan alimenticio debe adaptarse a cada perfil para que el proceso pueda disfrutarse y sea lo más sencillo posible, sin olvidar los pequeños placeres. La clave es el equilibrio” asegura López-Iranzu.
Tanto la dieta keto como la paleo contienen beneficios y pueden constituir aliadas muy interesantes para mantener una alimentación saludable. Sin embargo, debemos tener en cuenta que ambos restringen una gran cantidad de alimentos, por lo que es importante que su adaptación al día a día se haga de manera correcta y sin mantener estos planes alimenticios durante un periodo de tiempo extenso.
“A largo plazo, la dieta antiinflamatoria es el plan alimenticio que más beneficia al organismo porque cuida el cuerpo y evita la inflamación crónica, que resulta muy dañina y está relacionada con un gran número de enfermedades. Disminuye o evita los alimentos que inflaman y se centra en los que reducen este efecto: ácidos grasos omega3 y antioxidantes” asegura la experta en nutrición.
Recuerda tratar tu caso con un profesional cualificado para que pueda asesorarte en todo lo que necesites, así conocerás las mejores pautas para mejorar tu alimentación y, de esta forma, cuidar tu organismo. Pide cita en FEMM si quieres obtener una valoración personalizada.