Para el Dr. Eduardo Avilés, la escucha individual a cada uno de sus pacientes es fundamental para el éxito de la cirugía.
En esta entrevista hablamos con otro de los cirujanos plásticos de FEMM, el Dr. Eduardo Avilés Martín. Descubrir sus aficiones nos pone sobre la pista de su destreza en las cirugías estéticas, especialmente en las que conciernen al pecho: aumento, reducción, cambio de prótesis, mastopexia… El Dr. Avilés consigue resultados maravillosos.
FEMM: ¿Qué es lo que más te gusta de ser cirujano plástico?
Dr. Eduardo Avilés Martín: Creo que todas las especialidades de medicina ayudan a la gente; es su principal fin. Al igual que un psiquiatra o un cirujano cardíaco mejoran la vida de las personas, en nuestro caso ayudamos a pacientes que no están contentos con la evolución del tiempo en su cuerpo; eso es lo que más me gusta de mi trabajo.
FEMM: ¿Desde cuándo sabes que querías dedicarte a la cirugía plástica?
Dr. Eduardo Avilés Martín: Prácticamente desde que era un chiquillo, cuando veía a mi padre en el salón de casa preparando sus congresos con la cámara súper 8, con vídeos, fotos, diapositivas… Cuando ponía la pantalla creo que era el único que se quedaba ahí; todos los demás se marchaban corriendo a vomitar (risas). Y cuando iba a ver a mi padre al hospital, el ambiente de la bata blanca, el quirófano, el olor… todas esas cosas. Me ha gustado desde siempre.
FEMM: ¿Qué cambio consideras que más ha modificado la manera de trabajar en cirugía plástica en los últimos años?
Dr. Eduardo Avilés Martín: Creo que lo más difícil para nuestra profesión, o al menos cuando ya tenemos cierta edad, es estar al día con todas las redes sociales. Facebook, Instagram… han cambiado enormemente la forma de presentarnos a los pacientes; si no estás en estas redes no tienes presencia. Creo que es un cambio relevante para todos los negocios en general y para esta especialidad en concreto.
FEMM: ¿Cómo es tu relación con los pacientes?
Dr. Eduardo Avilés Martín: Mi filosofía de trabajo parte de la premisa de dedicar un trato exclusivo a cada paciente, escucharle y aportarle soluciones. Nadie necesita lo mismo, todos buscamos siempre sentirnos mejor con nosotros mismos y es un trabajo de responsabilidad necesaria por mi parte utilizar mi experiencia para ayudar a conseguirlo. Siempre explico con fotografías y dibujos en qué consistirá cada intervención, preguntando al paciente para asegurarme de que entiende muy bien todo el proceso. Todos mis pacientes llegan al quirófano conociendo perfectamente en qué consiste su cirugía.
El doctor Eduardo Avilés explicando a una paciente su cirugía de reducción de pecho.
FEMM: ¿Qué profesión hubieras elegido de no ser cirujano plástico?
Dr. Eduardo Avilés Martín: Me hubiera encantado ser cantante o actor. O trabajar con la madera, hacer muebles, restaurarlos, ser anticuario. También trabajar en un taller mecánico arreglando Harley-Davidson, modificando motores… Y otras muchas cosas vinculadas con formación que cuando estaba empezando a estudiar, prácticamente no existían. Ahora hay muchas especialidades, un abanico de profesiones que se pueden desarrollar; pero en general, me hubiera gustado trabajar en las que están más vinculadas a la creatividad manual.
Una de las pasiones del Dr. Avilés son las motos.
FEMM: ¿Cuál es tu tarea pendiente, esa que dejamos para «cuando nos jubilemos«?
Dr. Eduardo Avilés Martín: Pues es que no voy a dejar ninguna tarea pendiente, intentaré hacerlo todo ahora, porque, ¿sabes?, ¿en qué condiciones voy a estar cuando llegue a la jubilación? Ni siquiera sé si me podré jubilar, así que voy a hacer todo lo que quiero hacer mientras pueda. Eso de «ya lo haré mañana» no encaja conmigo. ¿Por qué mañana? Mejor hacerlo hoy.
FEMM: ¿Qué te gusta hacer en tu tiempo libre?
Dr. Eduardo Avilés Martín: Principalmente oír el silencio. También pasear por Madrid ¡me encanta! Todos los domingos por la mañana camino por Madrid, doy largos paseos. Tomar el aperitivo, desayunar, mirar las calles, la gente… Y me gustaría tener un taller donde pudiera hacer cosas. De joven creaba maquetas de coches, de aviones… modelaba esculturas con arcilla; en eso se me pasaban las horas, era muy relajante, te olvidabas de todo. Mientras trabajas con las manos no hay preocupaciones.
Siempre que puede, Eduardo Avilés viaja. En esta divertida fotografía está con la representación veneciana del médico de la peste. ¡Dentro de la nariz de la máscara metían hierbas como filtro!