Seguro que alguna vez has pensado en modificar tu aspecto para obtener un rostro similar a un filtro de Instagram. Nos vemos con un aspecto más favorable, con labios carnosos y una piel lisa. La perfección falsa que vemos en los filtros de Instagram o Snapchat puede crear estereotipos de belleza que no son reales. Gracia Pérez Morujo, psicóloga de Clínica FEMM, señala esta problemática y anima a los pacientes a operarse desde la salud mental.
¿Cómo han cambiado los filtros la manera en la que nos vemos?
Antes de las redes sociales, las personas que deseaban cambiar su aspecto utilizaban como referencia un rasgo de una famosa y pedían este retoque a su cirujano. Con la llegada de Snapchat e Instagram, las operaciones estéticas se han visto impulsadas por las redes sociales. Ramón Calderón. cirujano plástico de nuestra clínica, aseguró en una entrevista que “muchísimos pacientes me han pedido el pecho de Elsa Pataky o la nariz de Cindy Kimberly”.
La demanda de operaciones ha aumentado tras la pandemia, pero ¿por qué? “Durante ese tiempo hemos sido mucho más conscientes de nuestro aspecto al mirarnos durante todo el día en la pantalla del ordenador o, simplemente, al tener más minutos para observar aquellos rasgos que queremos mejorar. Este tiempo libre nos introdujo más aún en las redes sociales, que nos proporcionaban el contacto que necesitábamos con el mundo exterior” afirma Pérez Morujo. La franja de edad de personas que desean operarse se encuentra actualmente entre los veinte y los treinta y cinco años.
Aplicaciones como Instagram y Snapchat nos permiten ver nuestro rostro con ojos rasgados, pieles bronceadas con una textura suave, labios carnosos y unos pómulos marcados. Pérez Morujo asegura que “esta visión, sumada a las fotos retocadas que podemos observar constantemente en la primera red social, puede generar problemas como la dismorfia corporal, en este caso la dismorfia de Snapchat, el nombre que se le da a la tendencia de querer parecerse a estos autorretratos retocados”.
Esto desemboca en una preocupación excesiva por los rasgos que no entran en los estándares o por imperfecciones que apenas son notorias pero que obsesionan a los pacientes que sufren este trastorno hasta el punto de reflexionar sobre estas imperfecciones durante horas. Esto afecta al 2% de la población, según estudios del año 2018.
¿Mi cirujano puede operarme para parecerme a un filtro?
Ver fotos a diario de otras personas con su mejor aspecto, incluso de nosotros mismos con una apariencia modificada gracias a la tecnología, puede aumentar nuestras críticas con nosotros mismos. Es muy posible que nos lleve a tomar como referencia ciertos rasgos que queremos cambiar, pero debemos tener en cuenta que todos somos distintos y puede que estos retoques no nos proporcionen una apariencia exactamente igual a la que buscamos.
Al enseñar al cirujano la imagen de una celebridad es importante saber que este retoque no puede cambiar la apariencia completa de nuestro rostro. El Dr. Ramón Calderón, en la misma entrevista, señala que en el caso de Cindy Kimberly, “esa chica no solo tiene la nariz bonita. Son sus labios, la proporción (…) en sus ojos y la forma de la boca”. Asegura que esta modelo nació con estas proporciones y no es posible imitarlas en un único procedimiento.
Este caso es muy similar a lo que sucede con los filtros: no se puede conseguir una imagen completamente igual a la que vemos al utilizar uno de estos modificadores. Si te fijas bien, podrás observar que tus pestañas se ven más largas, la nariz más afilada, los ojos rasgados e incluso pecas en el rostro. Cada vez más jóvenes deciden realizarse una rinoplastia para conseguir esa nariz, unos foxy eyes para obtener la mirada felina icónica de Bella Hadid e incluso optan por la micropigmentación para tatuarse las pecas en el rostro. Antes de plantearte una cirugía estética, te aconsejamos que reflexiones. ¿Me opero por una falsa necesidad o porque realmente quiero cambiar mi aspecto?
Clínica FEMM apuesta por cirugías desde la salud mental
En FEMM abogamos por los retoques estéticos desde la salud mental, siempre que te encuentres en una posición psicológica idónea para tomar esta decisión. Los filtros pueden provocar que perdamos el contacto con la realidad, por lo que debemos tener muy en cuenta estas condiciones a la hora de optar por cirugías y otros retoques.
Si tu deseo es modificar tu aspecto para parecerte a cierta celebridad de Internet recuerda: una única cirugía no te proporcionará un rostro similar a ella. Es posible que debas llevar a cabo varios procedimientos en tu físico e, incluso cuando llegues al final del proceso, seguirás siendo tú mismo. Sus rasgos pueden servirnos como guía, pero no como un objetivo final.
Ocurre algo similar con los filtros: a veces no logramos descifrar todas las modificaciones que nos proporcionan, por lo que es importante utilizarlos únicamente de referencia y no como un atajo para alcanzar el amor propio. Por este motivo, desde nuestra clínica apoyamos las operaciones realizadas desde perspectivas realistas y con motivaciones correctas. Pide cita con nosotros, te acompañaremos a lo largo de todo el proceso priorizando siempre tu bienestar.