En estas fotografías podrás observar resultados muy satisfactorios tras una rinoplastia.
Denominamos rinoplastia primaria a la cirugía de la nariz, tanto funcional como estética, que realizamos por primera vez.
Y rinoplastia secundaria, rinoplastia de revisión o rinoplastia postraumática a la operación de nariz que practicamos por segunda o posterior vez (aunque se puede hablar de terciarias, cuaternarias…) pero solemos simplificar llamando a todas rinoplastias secundarias.
La segunda rinoplastia es el gran reto del cirujano plástico. Consiste en arreglar e intentar naturalizar el resultado de una rinoplastia mal hecha.
Debido al alto grado de intrusismo profesional por médicos sin la titulación adecuada, en los últimos años se han multiplicado las cirugías mal hechas en las que se nota que se ha operado la nariz.
Según señala uno de nuestros cirujanos plásticos, el Dr. Ramón Calderón Nájera, la agresividad quirúrgica y la falta de pericia necesaria para tratar y moldear las delicadas estructuras nasales, hacen que los pacientes se encuentren ante un problema que no pueden disimular y acudan, esta vez ya bien informados, al profesional titulado y experto en la materia que va a practicarles la rinoplastia secundaria y reparadora.
¿Qué corrige la rinoplastia secundaria?
Son múltiples y combinados los aspectos que podemos encontrar para reparar una mala rinoplastia.
Entre los más frecuentes se encuentran la resección excesiva de los cartílagos alares que dan forma a la punta nasal, por lo que encontramos puntas pinzadas o cortas, ausencia de soporte cartilaginoso y retracciones excesivas del anillo o borde alar.
Corrección de la punta de la nariz
La reparación de la punta nasal precisa hacer una rinoplastia abierta exponiendo las estructuras que vamos a reparar y moldear los tejidos para conformar una punta nasal anatómica y natural.
Es frecuente en esta cirugía secundaria trabajar con injertos de cartílago para rellenar defectos o reposicionar estructuras. Los injertos de cartílago los extrae el cirujano plástico del mismo paciente, bien del septo nasal o bien recurriendo a tejido auricular.
Te recomendamos este otro artículo en el que puedes conocer todos los tipos de punta de nariz y su importancia en una rinoplastia.
Corrección del dorso nasal
En casos más complejos en los que hay un defecto del dorso nasal con resección excesiva, y debemos rehacer el puente o caballete, precisaremos de cartílago costal que extraemos mediante una pequeña incisión de 3 centímetros en el surco submamario del tórax.
Corrección de nariz corta
La nariz corta que tiene la punta demasiado elevada es otro de los frecuentes aspectos a mejorar cuando planteamos una rinoplastia secundaria.
Debemos prolongar la longitud nasal mediante aposición de una lámina de cartílago que suturamos al remanente de septo nasal.
En otras ocasiones en los que los tejidos están fibrosados y la piel ha retraído en exceso, además de este prolongador de tabique, es necesario reforzar la punta nasal más larga mediante injertos espaciadores o spreader grafts que hacen descender la punta nasal, dando más longitud a la nariz.
El intrusismo profesional, la agresividad quirúrgica y la falta de pericia necesaria dan como resultado rinoplastias mal hechas.
Mejora funcional de la respiración
El aspecto funcional o respiratorio es otro tema clave en una rinoplastia secundaria.
Son muchos los colapsos de las válvulas nasales que no permiten respirar correctamente y el cirujano plástico debe corregir este aspecto, ya que estética y respiración van unidos.
La válvula nasal interna es la que debemos reparar en muchas ocasiones, tanto en la rinoplastia primaria como en la secundaria. Cuando se encuentra colapsada esta válvula, el aire no fluye bien al fondo de las fosas nasales porque hay poco espacio entre los cartílagos triangulares y el septo nasal.
Esta estrechez o colapso de la válvula interna puede encontrarse en personas no operadas o incluso tras rinoplastias correctamente realizadas.
Estéticamente, la estrechez de la válvula interna se manifiesta con la denominada deformidad en V invertida, que es la manifestación de un colapso o caída de los cartílagos triangulares bajo el techo de los huesos nasales.
Para ampliar el espacio de la válvula interna y conseguir mayor paso de aire, debemos colocar injertos espaciadores o spreader grafts que eviten el colapso de esta área y mantengan los cartílagos bien sujetos a los huesos propios nasales.
Conseguir la máxima naturalidad: la importancia de la piel
Por supuesto que en una rinoplastia secundaria podemos encontrar asimetrías de los distintos cartílagos alares que forman la punta, diferentes formas de punta nasal, hundimientos o desviaciones de cualquiera de las áreas de la nariz y resecciones excesivas o incompletas del dorso nasal en múltiples variantes.
Pero a pesar de toda esta diversidad de secuelas, hay un punto fundamental que marca el resultado natural tras la operación. Es la piel que recubre todas estas estructuras cartilaginosas y óseas.
La piel en ocasiones ha sido adelgazada y es un elemento básico a reconstruir. Cuando la piel ha sido debilitada, en ocasiones recurrimos a un lipofilling mediante grasa del mismo paciente, ya que la grasa además de rellenar, también regenera los tejidos cutáneos, revitaliza y da flexibilidad a la piel operada.
En otras ocasiones, donde realmente la piel es muy fina y hace que se palpen o visualicen parte de los cartílagos o huesos nasales, debemos recurrir a dar espesor a la piel mediante injertos de fascia temporal u otras estructuras voluminizadoras del espesor cutáneo.
Son muchas las variantes y técnicas que podemos afrontar a la hora de planificar una rinoplastia secundaria.
Todas ellas deben ser medidas y evaluadas con prudencia, siendo el grado de satisfacción del paciente extremadamente elevado cuando le informamos de manera sincera y realista con lo que vamos a conseguir con la operación de rinoplastia reparadora.