En las cirugías de pecho el cirujano plástico realiza una serie de incisiones que dependen del resultado que se quiere obtener con la cirugía. Aunque cada cuerpo cicatriza de manera diferente, es importante tener en cuenta una serie de recomendaciones que nos facilitarán el proceso de cicatrización y pueden ayudarnos a minimizar la visibilidad de la cicatriz.
¿Cuáles son las cicatrices de una cirugía de pecho?
El Dr. Eduardo Avilés, uno de nuestros cirujanos plásticos, nos cuenta que depende de la cirugía habrá que realizar diferentes incisiones. Si estamos ante un aumento de mamas, tendremos una incisión debajo del pliegue inferior de cada pecho o en cada areola, según la forma en que el cirujano decida introducir la prótesis.
En el caso de recambio de prótesis o explantación, generalmente se suele volver a utilizar la misma vía de acceso que en la cirugía en la que se pusieron las prótesis. Cuando estamos ante una mastopexia (elevación de pecho), si es leve se puede hacer modelando la zona de la areola, por lo que existirán dos cicatrices circulares; si nos encontramos con un pecho muy caído es probable que haya también una cicatriz vertical que va desde la areola al pliegue inferior del pecho.
Esta cicatriz también será necesaria en los casos en los que la paciente nos solicita una reducción de mamas.
No realizar esfuerzos es una de las pautas fundamentales para favorecer la cicatrización
Es importante saber que la cicatrización depende en gran medida del paciente. No solo hablamos de la diferente calidad de la piel de cada persona y de su manera de cicatrizar. Como incide el Dr. Avilés, también tiene que ver con la manera en que cada paciente cuida sus cicatrices tras la cirugía.
Una de las primeras actuaciones que debemos llevar a cabo para conseguir los mejores resultados es precisamente no actuar. Tras la cirugía de pecho, debemos evitar todo tipo de esfuerzos durante el tiempo que el cirujano determine, aunque generalmente suele ser de una semana.
Cuando hablamos de todo tipo de esfuerzos nos referimos a movimientos que parecen sencillos pero que, en una situación de post operatorio, pueden marcar una gran diferencia. Por ejemplo, sacar a pasear a nuestra mascota, coger algo de un mueble situado por encima de la cintura, vestirnos por la cabeza, empujar una silla… Cualquier movimiento que requiera la intervención del tren superior debe evitarse durante esos primeros días, pues generan tensión en la piel y eso puede afectar al cierre de la cicatriz.
A partir de esa primera semana es muy probable que el cirujano plástico nos indique si podemos ir realizando alguna actividad sencilla, como empezar a cocinar.
Progresivamente, poco a poco podremos ir recuperando movimientos y retomando el día a día. Pero lo fundamental de esta “no acción” es evitar por todos los medios que se tire de la piel. La piel tirante impide que la cicatriz cierre adecuadamente pues, aunque tendremos puntos de sutura, estos no podrán cumplir su función de manera adecuada si estamos sometiendo esa zona a situaciones de presión.
Antisépticos y aceites que puedes utilizar
Otro de los factores importantes de estas primeras semanas es el uso de productos que favorezcan el cierre de la cicatriz y la regeneración de la piel. Inicialmente, los primeros días utilizaremos antisépticos como Betadine para evitar infecciones. También hay ocasiones en las que recomendamos a nuestras pacientes el uso de tiras adhesivas de ácido hialurónico.
Una vez que los puntos comiencen a caer, y siempre siguiendo las indicaciones de nuestro cirujano plástico, podremos comenzar a aplicar rosa mosqueta en formato crema o en aceite. La rosa mosqueta es un excelente reparador y regenerador de la piel. De hecho, su uso se puede extender durante los meses posteriores a la cirugía, aunque ya la cicatriz esté cerrada, para favorecer la flexibilidad de la piel y, así, la minimización de las cicatrices.
Protege las cicatrices del sol con protector solar y ropa adecuada
Tercer factor, pero no menos importante, protegerlas del sol. El Dr. Avilés puntualiza que con esto no nos referimos solo a llevarlas tapadas, sino a que tengamos en cuenta qué ropa estamos utilizando para cubrirlas, pues el entramado del tejido, el grosor del hilo y tipo de tinte pueden dejar pasar la radiación solar en mayor o menor medida.
Por ejemplo, el entramado menos tupido es el lino, por lo que si estamos en una época de buen tiempo debemos evitarlo o llevar otra prenda debajo que impida pasar la radiación. Por oposición, el entramado que nos puede proporcionar mayor protección es el algodón.
Así mismo, si nuestra cirugía es reciente y vamos a la playa o la piscina, es importante que tapemos las cicatrices con tiras adhesivas de ácido hialurónico o rosa mosqueta durante el tiempo en que estemos con el traje de baño y expuestas al sol.
La crema solar la podremos utilizar una vez que se hayan caído los puntos y las costras estén secas; si la aplicamos con la frecuencia indicada por los especialistas y llevamos la ropa adecuada, nuestra cicatriz estará perfectamente protegida.
También cuentas con tratamientos de medicina estética post cirugía de pecho
Como decíamos al inicio, la cicatrización depende de cada paciente, de sus características y de los cuidados que aplique tras la cirugía. Si por diferentes circunstancias, el aspecto de la cicatriz no fuera satisfactorio, siempre podemos recurrir a diferentes aparatologías con las que contamos en FEMM que nos pueden ayudar a mejorar su aspecto.
Entre estas opciones se encuentran el generador de plasma Plexr, la tecnología de infiltración sin agujas Enerjet, la radiofrecuencia fraccionada intradérmica Morpheus 8, IPL o radiofrecuencia externa Indiba.
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